
Si el pasado domingo se manifestó el Niño ante los pueblos de la tierra, y todo aquello quedó como suspendido en los años ocultos, en la intimidad de un pobre establo, en la envidia por un Rey, el Rey, que se olvidó con la muerte de otro, uno más... este domingo se manifiesta el hombre, el Hijo del hombre, su Hijo Amado, su Predilecto, y todo esto quedará en el aire de los caminos y las palabras, de las viejas leyes hechas mandatos nuevos, en la nada íntima ribera del Jordán con ansias de extenderse hasta los confines de la Tierra, hasta los recovecos del alma de cada hombre.
El Bautista le bautizó con agua y a nosotros nos bautiza con el Espíritu Santo que se nos ha dado, con el agua de su costado abierto: "El que beba del agua que yo le daré ya no tendrá sed". Así lo anuncia una cofradía, no sé si la única, en la antesala de la Pascua. Es la Hermandad del Bautismo del Señor fundada en Cuenca en 1987 por miembros del Colegio Universitario de esa ciudad. Sale junto a otras el Martes Santo, y como si no pudieran cantar a ese Jesús del madero, nos llevan de la mano al que anduvo en la mar, al que se postró en el Jordán para recibir el agua bautismal, el que se nos derramó en el agua pascual el día de nuestro bautismo para hacernos suyos. Nos hizo partícipes de su sacerdocio, de su profecía y de su reinado. De esas

Curioso el paso conquense, de Dubé de Luque (2000). A golpe de horquilla van Jesús y Juan bautizándonos amorosamente a todos con la concha de la fe compartida: http://www.youtube.com/watch?v=viXTMhMUD-c. Suena la preciosa marcha procesional "Tu silenciosa mirada". Se ilumina la Cruz con el fuego del Espíritu, para que el cielo se abra y nos sobrecoja, para que en la Vigilia de la Noche Santa de la Pascua renovemos esas promesas que hicieron nuestros padres y hemos hecho vida, para que el día que nos apuntamos a la cofradía acudiésemos a la parroquia a buscar nuestra partida de bautismo, que es papel mojado por la fe, la esperanza y la caridad.
Tomás, con otros dos bautizados