viernes, 28 de noviembre de 2008

Madrid, también cofrade

Ya hablé de Toledo, también cofrade, hace bastantes meses pero pocas entradas (que aquí no me prodigo demasiado, y eso que soy el que más se prodiga). Hoy diré algo de Madrid, donde vivir me resultaría un tanto agobiante pero pasear de cuando en cuando me agrada, y mucho. Del Madrid cofrade conocía lo que he escuchado a Antonio y Víctor, lo leído en el difunto foro cofradiero salmantino (qué buenos hilos ya cortados habíamos entretejido), lo profusamente expuesto en el libro de Guevara y Rivera que muestro a la izquierda y hace tiempo presté, algún minuto de gloria en Telemadrid o en youtube, una procesión de la Paloma el 15 de agosto de 2004 (regada con la "santa limoná") y una breve visita a Jesús de Medinaceli horas antes de apostar por formarme como médico en Zamora, que el Jesús es vecino del Ministerio de Sanidad y le tenía muy a mano para encomendarme. Después de todo, no era poco, pero después de la otra mañana es algo más, porque sin buscarlas me tropecé con "la otra catedral" y la basílica pontificia, que no figuran en muchos planos (en los que yo manejé, ni rastro de ellas) pero merecen la visita mucho más que la catedral grande, la Almudena, de cuyo interior sólo recordaba el retablo de la imagen de la Virgen. Creo que añadiré el Crucificado del altar mayor y el Yacente de Ávalos a mi bagaje; el resto, en particular los frescos de Kiko Argüello y las nuevas vidrieras, mejor olvidarlo. Digo "la otra catedral" para referirme a la sede del arzobispo castrense, muy cercana a la Almudena, justo al tomar la Calle Mayor rumbo a la Puerta del Sol. Establecida en un antiguo convento cisterciense, acoge a la Congregación del Cristo de los Alabarderos y la Virgen de los Ángeles, que sale el Viernes Santo y ha sido recuperada en estos últimos años. Los titulares lucen sobre doseles en el crucero. También muy lucidos, en la sede del Nuncio, los de la Hermandad de los Estudiantes, que sale el Domingo de Ramos con otro estilo diferente, pues para todo hay lugar en la Villa y Corte. Ambas cofradías, con sus paneles informativos bien nutridos y aparente implicación en la pastoral de sus respectivos templos. Cuando vuelva a Madrid intentaré tropezarme con más rincones cofrades, que en urbe tan inmensa se aprecian más si cabe.

Tomás, y otros dos que pasean... y contarán