domingo, 16 de marzo de 2008

Abrid las puertas

Así, con un "abrid las puertas" comenzaba el pasado viernes la Pasión en Salamanca. Un día después de que Cristo tomase la Cruz en Zamora para atravesar el puente, que es la puerta natural que da acceso a la ciudad de las murallas. Ocurría, cómo no, en la capilla dorada, en el Campo de San Francisco. Ocurría a los pies del Doctrinos, que espera dormido en la Cruz la tarde del Lunes. Ocurría junto a la Lola, postrada al pie de la bendita madera, a hombros sobre un puñado de hombres que quiso acunarla por las calles para aliviarle el dolor de las siete espadas que abren sus carnes.

Abrid las puertas. Así sonaba la voz de Jesús en nuestra casa. Y las puertas se abrieron. Y sentimos la caricia de la primavera y del incienso. Y nos unimos en el rezo. Y acompañamos a la Madre por las rúas de fachadas también doradas en la dorada ciudad de las catedrales y los palacios. No os puedo contar la emoción que sentí al ver a la Lolita alzada sobre nuestras cabezas. La primera ví del dolor a su sombra. La lucha conmigo misma por las calles escuchando el pasito corto, el rezo, las campanadas para levantar, el silencio, la oscuridad de las callejuelas. La medalla azul acompasando los latidos al caminar lento por la Salamanca anochecida.

Juntos abrimos las puertas. Juntos las traspasamos. Juntos viviremos una nueva Pasión y juntos recordaremos que el epílogo de nuestros días santos será la Resurrección, la vida, la alegría y la esperanza.

Abrid las puertas, dejad que se inunde de amor esta casa. Abrid las puertas de la santa y eterna Salamanca. Y que sea el sueño del Doctrinos el guardián de todos nuestros sueños.

Tres que juntos abrieron las puertas

4 comentarios:

Lucano dijo...

Así sea.

Lucano dijo...

No se llegaron a abrir esta noche los portones de la capilla dorada, pero nos hemos abierto más si cabe. Se abrió paso el Señor bajo palio. Se abrió la verja de las lágrimas. Se abrió su costado para enjugar nuestra pena. Siguió durmiendo y sonriendo. Y nos abrazaba tanto desde la Cruz esta noche que dibujó una Cruz sobre nosotros. Para que esta noche los azules durmamos sonriendo.

Ana Pedrero dijo...

Sí, Lucano. Mañana lo contaremos como si de un sueño se tratase. Yo, entre las lágrimas, le ví sonreir.

Mil besos.

Alberto dijo...

Una voz contundente, como si la puerta se abriera con solo la tonalidad de las palabras. Ojalá nos hubiera servido también para este Lunes Santo, y Chuchi hubiera podido detener la lluvia al gritar !que se abran las puertas!, en vez del triste "está lloviendo". Pero siempre nos quedará en la memoria el caminar silencioso de la Virgen de los Dolores entre las sombras de la estrecha calle que lleva a capuchinos. Recordaremos con añoranza la primera vez que vimos a Tomás revestido con Dalmática y en silencio y sin volverse, acompañar a nuestra Virgen todo el recorrido. También, a un Roberto que cargó como si fuera cuatro hombres y llevando sobre sus espaldas el peso de una devoción centenaria. Y guardaremos en el corazón como una zamoranica de la Resurrección y que viste el corazón con el color de la Congregación, se cruzaba de hombros mientasa abría los ojos cargados de tantas cosas y se escurría la lágrima y la vida. Así fue, así es así será.