sábado, 5 de abril de 2008

¿No ardía nuestro corazón...?

¡Cuántas catequesis nos da el Resucitado!

Una de las más provechosas, la que nos regaló y nos sigue regalando en el camino desde Jerusalén hasta Emaús. Mañana la volveremos a escuchar en la Misa del Domingo, el día en que actuó el Señor. Antes, en la anochecida de hoy, será una Luz, la tercera, que nos dejará vislumbrar con mayor claridad la Victoria de la Vida sobre la Muerte. Tercera llama en el Vía Lucis que compartiremos en la Vera Cruz. Llama de amor viva. Ardiente corazón el de Cleofás y Ajaro cuando le ofrecieron "techo, comida y calor" y le reconocieron al partir el pan: ¿no ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el camino?. Esplendente cirio, "obra de las abejas", transfigurado en alimento, fruto del trabajo de los hombres. Carne de nuestra carne, la de los hijos de la Luz. Quédate junto a nosotros, que la tarde está cayendo...

Tomás, y otros dos, andando por el camino

Foto: Paso de Emaús (Antonio Labaña, 1983 ; Cofradía del Resucitado, Murcia)

2 comentarios:

Félix dijo...

Partamos y compartamos este pan pascual que nos hace reconocer al que hasta ahora se nos ocultaba. Ciegos porque no queríamos ver, porque no queríamos creer. Así, esperemos hasta ese Pentecostés que nos hará partícipes también del espíritu y la palabra.
Cordialmente,
Félix

Lucano dijo...

En la espera, su Luz.