lunes, 28 de abril de 2008

Toledo, también cofrade

A todos, por igual, nos pasa. No somos ninguno ajeno a la curiosidad cofrade, ni a esa particularidad de enfocar imágenes desde el prisma de los que miramos una calle y vemos la procesión que por ella no transita, de los que contemplamos una notable escultura y nos preguntamos si saldrá a darse el paseo semanasantero de rigor. Antes de esperar la respuesta, que a menudo no buscamos, ya sabemos cómo organizaríamos el desfile y de qué colores habría de vestir la hermandad.

Este último fin de semana he visitado Toledo y no he escapado a estos cánones de turista cofrade, que, con permiso del homónimo blog vecino, no me resisto a hacer constar. Anoté en mi cuaderno las innumerables cruces, sin duda más de catorce, como señales de Cristo sobre los muros de lo que algún siglo fueron mezquitas o sinagogas. También hice mención del azulejo que dedica la calle del Cristo de la Luz al Maestro Emilio Cebrián, autor del Himno a Toledo, y también de la célebre y pegadiza marcha Nuestro Padre Jesús, en honor del Nazareno jiennense, "el Abuelo". Y por último, en el majestuoso Monasterio de San Juan de los Reyes, templo franciscano, la recuperada Cofradía del Cristo de la Humildad, que junto a la Soledad y la Vera Cruz (ya extinguida) eran las históricas de Toledo. La de la Humildad ha renacido en 2006 y procesiona esta talla del sevillano Darío Fernández, parte de un grupo en ejecución. Esto apunté del Toledo cofrade y aquí os lo traigo.

Tomás, con otros dos (que ya escribirán un día de estos)

sábado, 5 de abril de 2008

¿No ardía nuestro corazón...?

¡Cuántas catequesis nos da el Resucitado!

Una de las más provechosas, la que nos regaló y nos sigue regalando en el camino desde Jerusalén hasta Emaús. Mañana la volveremos a escuchar en la Misa del Domingo, el día en que actuó el Señor. Antes, en la anochecida de hoy, será una Luz, la tercera, que nos dejará vislumbrar con mayor claridad la Victoria de la Vida sobre la Muerte. Tercera llama en el Vía Lucis que compartiremos en la Vera Cruz. Llama de amor viva. Ardiente corazón el de Cleofás y Ajaro cuando le ofrecieron "techo, comida y calor" y le reconocieron al partir el pan: ¿no ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el camino?. Esplendente cirio, "obra de las abejas", transfigurado en alimento, fruto del trabajo de los hombres. Carne de nuestra carne, la de los hijos de la Luz. Quédate junto a nosotros, que la tarde está cayendo...

Tomás, y otros dos, andando por el camino

Foto: Paso de Emaús (Antonio Labaña, 1983 ; Cofradía del Resucitado, Murcia)