lunes, 12 de noviembre de 2007

Nacidos para el Cielo

La Iglesia de los peregrinos desde los primeros tiempos del cristianismo tuvo perfecto conocimiento de esta comunión de todo el Cuerpo Místico de Jesucristo, y así conservó con gran piedad el recuerdo de los difuntos, y ofreció sufragios por ellos, "porque santo y saludable es el pensamiento de orar por los difuntos para que queden libres de sus pecados" (del muy recomendable capítulo VII, el de la Escatología, en la también imprescindible Constitución Dogmática Lumen Gentium sobre la Iglesia - Concilio Vaticano II).


Porque no somos sólo los que estamos. Somos los que estamos y los que estuvieron. Y los que vengan, serán. Todos uno sólo, el Cuerpo, único y partido, eterno pan de vida eterna. Pan del Cielo para el que nacimos. Porque al morir nacemos. Aquí llevamos el Sepulcro vacío de los de allí sobre el hombro de los recuerdos; allí respiran el mismo aire del Resucitado, exhalando entre los de aquí su aliento de promesas cumplidas.

Somos tantos que tenemos que juntarnos para rezar los unos por los otros. No hay nada más sencillo y más hermoso. Mirar a lo alto y descubrir que son santos todos los entierros, que se puede cubrir una carroza de cruces y cada vez pesar menos, que los crespones y las banderas de luto no son protocolo sino presencia real, que los pétalos del Cristo y de la Virgen no son sobre las lápidas lágrimas sino esperanzas. Mirar a lo alto, y bajar la mirada después, para comprobar que la vida es más larga que la sombra del ciprés.

Este sábado podemos hacerlo juntos. Nos vemos a las 16:30 horas en la Vera Cruz, y desde allí caminaremos hasta el Cementerio, donde miraremos juntos a lo alto de nuestros corazones. Un abrazo de los tres.

Tomás

3 comentarios:

Ana Pedrero dijo...

Miraremos a lo alto de los cipreses, al cielo de noviembre en fría calma, a esta luz que nos deja adivinar el invierno, al silencio de los camposantos. Y sólo con pensarlos, sólo con hacerlos memoria y presencia, los resucitaremos.
Un abrazo.

LUIS SANTOS DE DIOS dijo...

Rezaremos juntos y miraremos alto.
Por todo y por todos.
Un saludo,
Luis Santos

Lucano dijo...

Así ha sido. Gracias por los momentos compartidos. Y por la oración en la distancia.